Málaga y provincia es y será tierra de artistas de toda índole pero, uno de nuestros sellos de identidad es el flamenco.

“El arte del flamenco”, como se conoce comúnmente, se respira en cada rincón, en cualquier grupo de amigos, en una reunión familiar y, como no, en los tablaos. Aquellos lugares nacidos en los 60 en Madrid tras salir de los sótanos de ladrillo abovedados que tenían muchas tabernas de la capital para llegar al gran público y no sólo a los adinerados que podían permitirse fiestas privadas.

El papel de los tablaos es fundamental en el mundo del flamenco. No sólo porque es un espectáculo que pretende trasladar a los asistentes hasta la esencia más pura de este arte, ni por la cercanía con el público que no se consigue en un gran teatro, sino por el papel que ha tenido, tiene y tendrá en la evolución del flamenco.